domingo, 7 de noviembre de 2010

Día 6 de noviembre: El finaaal del viaje llegoooooooooooo y tu partiraaaaaaaaaaaaaaas (ponerle música del Duo Dinámico)

Esta conexión es desde el Narita Express, el tren que nos lleva al Aeropuerto. Vamos dejando atrás las estaciones que hemos pisado estos días atrás y que nos evocan a la memoria alguna que otro recuerdo: Shinjuku, Shibuya, Shinagawa, Tokyo,…

No sabemos a qué hora llegaremos. Tenemos la “suerte” de llegar a Barcelona a la misma hora que el Papa de Roma, y se prevén cortes de carreteras y atascos en el aeropuerto.

De momento, vamos cargados como burros, y bastante cansados por la falta de horas de sueño estos días. Prometemos hacer una conexión final con curiosidades en cuanto lleguemos.

Gracias por acompañarnos durante nuestro viaje y sobre todo, agradecer a los que nos escribís (que ya sabemos que os metemos unos rollos y el blog se lee del revés y va lento jajjaja) y a los que no, también.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Día 5: Relaxing Day

Ay, que esto se acaba y hace un tiempo espectacular. Pedazo de cielo azul.

Hoy vamos a ver la zona más cerquita de nuestro hotel: Shinjuku. Nuestro barrio se divide en dos: Una la zona de ocio: una zona de noche muy divertida, en la que hubiéramos pagado por sentarnos en una silla y ver pasar a toda la “fauna humana” que existe en este mundo. Y la otra zona, es el distrito administrativo. Así que, después de caminar entre rascacielos y funcionarios, decidimos entrar en el ayuntamiento. Por casualidad, descubrimos que te enseñan gratis el edificio. Así que, nos enteramos de que para construir los dos edificios sólo tardaron 2 años y 10 meses, que tiene un sistema antiterremotos de la hostia, 8000 ventanas y alguna que otra curiosidad. La visita terminó en el mirador de la última planta, donde vemos una vista panorámica de la ciudad y al fondo, con el pico nevado el gran Monte Fuji (3.774m), una altura similar a nuestro Teide.





A partir de aquí, el día fue de relax.


Volvimos a Ginza, para hacer unas fotos, que para nosotros es una de las más divertidas intersecciones.


A Senso-Ji.



Y a disfrutar de nuestra última puesta de sol en Odaiba.


Esta vez, subimos a la noria (con los pocos yenes que nos quedan) en unas cápsulas transparentes.




Entramos en un centro comercial Outlet que imita a las calles de Italia. Jordi vuelve a probar el simulador en el edificio Toyota y volvemos al Onsen.




Esta vez, como ya sabemos como va, hay fotos de los dos con nuestras yukatas.


jueves, 4 de noviembre de 2010

DÍA 4: Friki’S Day

El título es de lo más significativo ¿no?. Hoy ha sido un día de lo más peculiar.
Primero subimos por Takechita Dori, que es una calle de tiendas medio friki pero como hasta las 11 am no abren, pues no vemos mucho.


Luego hemos ido a visitar el Templo sintoísta Jingu Ji, en medio de un parque, en el que hemos vuelto a ver a una ceremonia de unos monjes (parecían ejércitos). Debían ser importantes de rango, porque unas parafernalias, unos rituales; sin metro les estaban cuadriculando la comida para que estuvieran todas rectas, unas respecto a otras. De ahí paseíto por los jardines Yoyogi Koen (que fue la villa Olímpica en las Olimpiadas de Tokio).



Continuamos por Omotesando, más tiendas pero estas pijas y después de un buen paseo por la zona, llegamos al famoso cruce de Shibuya y con la escultura de Hachiko (si queréis saber quien es, ver la peli de Harrison Ford aunque merece más la pena ver la versión japonesa).








Y de ahí a Akihabara, zona de electrónica y manga por excelencia. Surrealismo en estado puro. Revivimos nuestra infancia buscando a Mazinger Z, viendo Arales y Goku’s que son reliquias según nos dicen los tenderos, algún Musculmán, muchos Doraemons, Tren Tomás, Pikachus, caballeros de Zodiaco …


Subimos a un café de sirvientas, el cual compartimos con un personaje de ánime que no reconocemos (el tío va con dos pistolones, una espada, todo vestido de cuero rojo y negro y una peluca que se retoca cuidadosamente como si estuviera en Carnavales).







También entramos en la tienda más grande de electrónica de Japón: Yodabashi Akiba. Aunque no os lo creáis, no compramos nada; el cambio no está nada favorable. Nos quedamos hasta que se hace prácticamente de noche.

Y de ahí, al hotel para descansar media hora y…vuelta a empezar: hacemos prácticamente la misma ruta pero de noche, ya que queremos ver las tiendas abiertas y fotografiar Shibuya de noche. Por el camino cenamos un buen trozo de carne, con brotes de soja y arroz. Lástima que no leímos el cartel del local: Pepper beef. Aún tenemos los morros hinchados por la pimienta.




Bueno, mañana agotamos nuestro último cartucho.


Día 3: Saioonara Kyoto

Hoy es nuestro último día en Kyoto. Nos despedimos de esta ciudad con más de 1.600 templos budistas y cuatrocientos santuarios sintoístas, de los cuales solo hemos visto una ínfima parte (ni tan siquiera los 17 lugares Patrimonio de la Humanidad). Aún así, como el tren sale a las 18:29h, no hemos querido dejar perder la oportunidad de ver alguna cosita más.


Así que, con el cielo más azul que hemos visto hasta el día de hoy durante este viaje, hemos ido a ver el Kinkaku-Ji, al que llaman Pabellón Dorado, obviamente por su color. Por cierto, hemos llegado tan pronto, que hemos tenido que esperar a que abrieran, rodeados de colegiales japoneses.



Allí hemos conocido a unos chicos de Terrassa, que nos han acompañado en nuestras dos siguientes paradas: Ryoan-Ji, que tiene un jardín zen “seco” muy curiosito y el Ninna-Ji, que no nos ha parecido nada del otro mundo.

Templo Ryoan-Ji


Templo Ninna-Ji


Una vez, finalizada nuestra ruta de Templos, nos hemos ido a dar una vueltecita por Gion y Pontocho, ya que seguíamos empeñados en ver a las Maiko’s. Pero nada, que la función empezaba a las 20:00h. Y ellas siguen escondidas, en Dios sabe dónde. Así que, foto con un cartel y a alguna turista disfrazada. Con eso nos tenemos que conformar.




Como nos sobra un poquillo de tiempo, nos acercamos al mercado de Nishikikoji. Ya sabéis que allá donde vamos, mercado al que entramos. Pero creemos que este supera incluso al de Túnez, en comida desconocida para nosotros: verdura enorme, muchos dulces que no sabes a que saben ni de que están hechos, muchas clases de pescado ya cocinado o desalado, huevos, “saques”, especias para salsas, setas, etc. Nuestra sorpresa: sin nosotros pedir, nos han dejado probar bastantes cosas. Lástima que ya habíamos comido un buen ramen (fideos en caldo con pollo/carne y verduras).




Jordi se había tomado dos postres (1 lionesa rellena de crema de castañas y 1 creppe negra de nata y chocolate) y estábamos más que llenos.


Restaurante Laberinto Ninja.


Ya de relax, aprovechamos las últimas horas para ir de compras, recoger las maletas e ir a la estación. Probablemente, será nuestro último viaje en tren bala. Y como que llegamos tarde, aprovechamos para cenar un Take Away de lo más japonés (como no, con acompañamiento de arroz).


Volvemos a dormir en Tokio, en nuestro Shinjuku, rodeados de su ambiente peculiar y que tanto nos fascinó desde el primer día. Sólo nos quedan dos días por estas tierras.


A disfrutarlos a tope.