domingo, 31 de octubre de 2010

DÍA 30: “Me duelen los pies”

Irasshaimase a nuestra conexión de hoy. Esto es lo que oímos cada vez que entramos a cualquier sitio: Bienvenidos. Día de templos. Preparaos los tenis/ bambas y aprenderos los nombres que la ruta está a punto de empezar. En primer lugar, Ginkaku-Ji Temple (Traducción al castellano: Templo plateado). Inicialmente, una casa para retirarse de la guerra civil. Vamos, que nosotros también nos retiramos a hacer cualquier cosa ahí. Bajo una fina lluvia, admiramos su cuidado jardín que es como los que venden en Natura para relajarse pero a tamaño XXL.




Seguimos por el Camino de la Filosofía que discurre entre un río y cerezos hasta llegar a Nyakuo-Ji Shrine y luego al Eikando Temple (traducción Jordi Y Cris: Templo de Ekain 2 (versión canarión) "el niño de Jon y Dácila", donde paseamos mucho rato descalzos. Los “toldos” colores les dan un colorido especial. Subimos a una pagoda arriba de la montaña para ver la ciudad (Pedro aquí los cojos no pueden venir, menudos escalones…)




Nancen Ji Temple (Trad.JyC: El Templo de la Nancy), donde encontramos muchas señoras con sus kimonos de visita, ya que actualmente es la sede de la escuela zen.



Heian Jingu Shrine (trad J y C: el templo de Canarias) De color naranja intenso, no pasa desapercibido. Tiene una de las puertas Torii más grandes que hemos visto. En él visitamos, el jardín anexo (trad. JyC: jardín de las zamburguesas) Cruzamos por unas piedras rollo humor amarillo, para llegar al palacete anexo. Vemos 2 bodas pero no son tan bonitas como la anterior.

También, vemos a muchos niños vestido con su kimono ya que se acercan sus fiestas típicas y los llevan a los templos para que tengan suerte.



Chion-In Temple (trad Jy C: Templo de la Choni). En este templo budista, vivimos una de las experiencias más místicas del viaje, los monjes están rezando. Así que, mientras recuperamos fuerzas les escuchamos orar con sus campanas. Por cierto, la puerta de acceso de dos pisos es la más grande de Japón (de templos budistas, que luego no se nos enfaden) Finalmente, extasiados por el bus y por la subidita de 800 metros llegamos a Kiyomizu-Dera (trad J y C: El templo del Kiyo) Versión budista, para los que hayáis ido a cole de monjas/curas es la parábola de Jesús echando a los mercaderes del templo: montón de tiendas, montón de gente, montón de ruido y unas espectaculares vistas de Kyoto atardeciendo.


Destrozados, caminamos otro buen cacho hasta nuestro nuevo hotel (os pensábais que íbamos a estar en el caro todos los días????) y os juramos que caemos rendidos sobre la cama de nuestra nueva mini-habitación. La siguiente nos vamos de excursión. Arigatoo.




sábado, 30 de octubre de 2010

DÍA 29:Próxima parada: “Kyoto” correspondència amb Bus, Metro i ” Temples”

Rodeados de mochilas por delante y por detrás, nos dirigimos de buena mañana a Kyoto, cuna del Japón tradicional.

Nuestra primera impresión: amabilidad y transporte caótico. En información nos dan unos mapas y nos repiten 15 veces la ruta que debemos seguir los tres días que estemos en la ciudad (no entendemos el idioma, pero tampoco es para tanta repetición).

Además, hay un Pepito Grillo Japo que matiza los comentarios de nuestro interlocutor.


De ahí, a comprar la tarjeta de transporte para ir dirección a nuestro Ryokan: hotel tradicional japonés. No os queremos ni explicar, para interpretar los mapas cargados con las mochilas (suerte de Jordi porque Cris aún estaría dando tumbos por la Estación).

Encima, nos hemos olvidado de imprimir la dirección exacta del hotel, por lo que damos vueltas por el barrio (lleno de tiendas españolas).

Nuestro salvador, un restaurante español llamado “El Fogón” y que tiene como una de sus especialidades la paella con pimientos y anchoas, es quien nos indica el camino.

En el hotel el Check In es a las 16:oo h y como son las 13:00h, les largamos las maletas y nos vamos hacia el Palacio Imperial, ya que el Pepito Grillo Japo nos dijo que habían “free English Guided visits”, pero estaban llenos. Así que, comemos en un chiringo de barra, donde escoges el menú en una máquina y lo pagas sobre la marcha (como el bar de las moneditas de la ofi de Playa Las Américas).


Entre el caos del bus y metro (los Kyotenses se paran para ayudarnos sin pedírselo, imaginaros la imagen que teníamos que dar), aprovechamos las horas de sol para ver dos templos:

Higashi- Hoganji Temple: que nos sorprende por su majestuosidad en medio de la ciudad.


Sanjusangen-do Temple: que no dejan hacer fotos en el interior, pero os diremos que habían 1000 estatuas de Kannon de mil brazos (la deidad budista de la piedad) colocadas en fila como si fueran un ejército, 1 enorme en el centro (pensad que es un edificio muy alargado y estrecho en el que hay 33 espacios entre columnas (sanjusan) y como guardianes otras 500 imágenes más.

Buscarlo si podéis por internet.

Como que nos ha parecido poco, damos un paseíto por la Estación de Kyoto, una de las principales maravillas modernas de la ciudad.



Ya en el Ryokan, nos integramos en la cultura japonesa. En la habitación se hace vida principalmente en un tatami, pero con pantalla plana de TV de 32”. Nos vestimos con el yukata para recibir la cena servida al más puro estilo nipón (chiquitas risas).
 


Hartos de cenar, nos preparamos el futón para dormir en el suelo (se ve que teníamos que llamar por teléfono a la recepcionista para que nos recogieran la cena y nos prepararan la cama).
Nosotros, como no conseguimos que funcionara el teléfono, le dejamos los platos en el pasillo y nos hicimos nuestro propio futón –es que somos más apañados-…
 

En conclusión, cuando vimos el precio de la habitación nos arrepentimos de no haber comido el fideo y el arroz que sobró, y no haber movido cielo y tierra para que nos hicieran más la pelota. O sea, cuando reservamos creíamos que el precio que nos ponían era por habitación y no por persona, como fue.

Un besito y gracias por acompañarnos.


viernes, 29 de octubre de 2010

DÍA 28: Templeando bajo la Lluvia

Konishiwa our friends.

Pues hoy el tiempo nos ha fastidiado un poquillo la visita a Nara, unos 200 km al norte de Tokio. A las 5:00 am ya estábamos dirección al metro, dirección a nuestra primera experiencia en Shinkansen (el GPS de Jordi ha marcado una velocidad máxima de 244 km/h).



Después del primer transbordo (se estila mucho eso de ir cambiando de tren) hemos llegado sobre las 8:30 a Nara, donde hay un Santuario patrimonio de la Humanidad por la Unesco.


Después del primer transbordo (se estila mucho eso de ir cambiando de tren) hemos llegado sobre las 8:30 a Nara, donde hay un Santuario patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Lo principal es visitar 2 santuarios, 3 templos y una pagoda, combinado todo en una entrada que te hace ahorrar un montón de Yenes si lo compras por separado.

Templo Rinoji, hay 3 imágenes doradas que no se podían fotografiar y el templo estaba en restauración (esperamos que sean más rápidos que en La Laguna).

Toshogu (Santuario), pasando por la pagoda de 5 pisos (34,3m.), tiene uno de los sistemas antisísmicos más antiguos, con un péndulo colgado en su interior para evitar su caída. Los 3 monos sabios, que muestran los 3 principios del Budismo Tendai.




Torre del Tambor y campanario, donde hemos tenido el placer de ver una boda tradicional japonesa. Imaginarnos como ruge un dragón pintado en el techo cuando 2 palos golpean bajo su hocico, pero no pasa si lo hace en otro lugar. Y hemos visto muchos muchos niños, muchos muchos tours y muchos muchos paraguas.



Futarasan (Santuario), santuario más antiguo de Nikko y otra boda.



Templo Taiyuan, templo Budista y mausoleo a la vez, rodeado de bosques de cedros, hemos descubierto que el otoño ha llegado a Japón por la variedad de colores.





Y como llevábamos la tira despiertos, hemos ido a comer a un sitio tradicional sentado sobre el tatami (hoy nos han hecho quitar los zapatos para entrar en los sitios como mínimo 7 veces).


Y cuando hemos salido nos hemos resignado en no hacer una caminata de 2:30h al Parque Nacional de Nara para ver 3 saltos de agua, ya que llovía con ganas. Aún así como queríamos ver tiendecitas en el pueblo hemos decidido volver a la estación a pie y no en bus ”ERROR”, mala elección, nos hemos empapado. ¿Conocéis lo que es la capilaridad? Pues a Cris se le empapó de agua hasta los bolsillos del pantalón, y Jordi iba como un pollito “enchumbado” de agua.

Empapaditos cogimos el tren hasta la estación de Utsunomiya donde volveríamos a tomar el tren bala. Cuál fue nuestra sorpresa que, estando en el andén, de pronto se rompió la barrera del sonido y pasó un Shinkansen a toda velocidad(el flequillo de Jordi sigue despeinado aún).


Llegamos prontito al hotel, y sobre las 19:30h cenamos en un “stop & go” de sushi (de esos que los platos van pasando por una cinta y pillas los que quieras.

Buenas noches y hasta la siguiente conexión montados en el Hikari Shinkansen destino “Kyoto Station”.


jueves, 28 de octubre de 2010

Tokio Intenso

7:30h. Salida del hotel. Empezamos a un hora prudencial el día de hoy (os volvemos a recordar que el sol sale a las 6:00h aproximadamente y se pone a las 17:00h).

8:15h. Parque Ueno.
Muchos museos (no entramos a ninguno debido a que hace sol), varios templos y pagodas, un lago con nenúfares (sin flor) y mendigos, muchos mendigos (denominados por nosotros “Los Mendigos de Nayra – mira con lo que nos hemos quedado de tus enseñanza)




 
11:30h. Jardines del Palacio Imperial. Esta vez sí que conseguimos entrar, y verlos por dentro. Obviamente, el Palacio Imperial no se ve, por ser la residencia habitual del Emperador, y hay un control que “te cagas”. Los pies empiezan a sufrir por el cansancio y el dolor.


13:00h. Barquito por el río Sumida. Con el fin de ver una nueva visión de Tokio, y como somos “güiris”, subimos a un barco (con techo para enanos) por el río Sumida hasta…

13:45h. Parque Hama-Rikyu-Teien. Considerado el jardín más encantador del Centro de Tokio (y podemos dar fe, es una pasada). Rodeado de rascacielos, agua, parece como si naturaleza y construcción se fusionan a la perfección.


15:15h. Comida
. Destrozados nos permitimos 20 minutos de descanso. Vista desde la planta 46 del edificio Dentsu.


16:00H. Isla de Odaiba
. Empieza a atardecer y nos dirigimos a la isla de Odaiba, construida sobre tierra ganada al mar en la Bahía de Tokio, desde donde vemos anochecer sobre la ciudad (conseguimos ver hasta el Monte Fuji, aunque no haya una buena foto.



17:15h. Mega Web Toyota. Enfrente de la noria más grande del mundo, dos plantas dedicadas a Toyota hacen la felicidad de Jordi. Nos montamos en unos simuladores de coches para notar la diferencia de conducción entre llevar o no control de tracción.



18:30h. Oedo Onsen Monogatari
. Destrozados y como decía Chiquito de la Calzada “física y moralmente” nos dirigimos a uno de los 3.000 baños de agua termal que hay en Japón para relajarnos y disfrutar. Comentaros que es una experiencia única y que por mucho que os describiéramos no os conseguiríamos describirla. Solo deciros que nos vistieron con un Yucata (Kimono de algodón) y como Dios nos trajo al mundo, hombres por un lado y mujeres por otro, en unas termas que ascendían hasta los 40º, unas exteriores y otras interiores. Previamente, ritual de limpieza Japonés, de todos los rincones de nuestro cuerpo (incluso tenían limas para las durezas de los pies comunitarias.Si queréis perder la vergüenza de estar desnudo con vuestros homónimos probar un Onsen (Lo recomendamos).


20:00h. Estatua de la Libertad y Rainbow Bridge
. Sí, continuamos en Odaiba-Tokio, no en New York.



21:00h. Parque Sega
. Entre que se tenía que pagar y estaban cerrando no nos decidimos a entrar.
 

21:30h. Cena y Regreso.

22:15h. Compra de billetes Shinkansen
. Sacamos los billetes para el Shinkansen (tren bala) que al día siguiente en 3 horas nos conducirá a Nara nuestra próxima excursión.

23:00h. Bona Nit
que a las 4:00h nos suena el despertador.